Allí estaba con su corona hecha con pedacitos de papel de chocolatinas. Los bucles le caían limpios sobre la frente. La falda de tul, rescatada del baúl de la abuela, olía a anís. Los zapatos rojos pintados con rotulador lucían como nuevos. La vieja cortina aterciopelada abrigaba su espalda y en los labios la más dulce de sus sonrisas. Cuando llegó a la fiesta no le dolió el silencio, ni la explosión de carcajadas. Lo que más le dolió fue la mirada de Luís, su mejor amigo. Disfrazado de bucanero dejó caer un par de espadas al suelo y echó a correr. Desde entonces Pedro habita en el reino del armario.
Microrrelato para ESTA NOCHE TE CUENTO, mes de Mayo 2013, tema: princesas. |